Se puede comprar el trabajo de una persona, pero no se puede comprar su corazón, en él esta su lealtad y su entusiasmo; tampoco se puede comprar su cerebro, allí están su creatividad, su ingenio, sus recursos intelectuales.
Entre él estimulo y la respuesta hay un espacio, en este espacio se encuentra nuestra libertad para optar; de estas opciones dependen nuestro crecimiento y nuestra felicidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario